Nació en Campaspero (Valladolid) el 16 de marzo de 1920. Cursados los estudios humanísticos, filosóficos y teológicos en el Seminario de Segovia [1929-1943], a cuya diócesis pertenecía su pueblo, fue ordenado de presbítero el 20 de marzo de 1943 por el obispo de Segovia, Luciano Pérez Platero. El mismo año ingresó en la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos, que lo destinó al Aspirantado “Maestro Ávila” de Salamanca, en donde ejerció de formador y profesor de Latín e Historia.
En 1945 pasa de vicerrector al Seminario de Valladolid, en el que, a la vez que imparte clases de Griego e Historia de la Hispanidad, desarrolla un gran trabajo pastoral, sobre todo en el fomento de las vocaciones sacerdotales. En el curso 1949-50 vuelve al Aspirantado “Maestro Ávila” de Salamanca, esta vez como vicerrector de las secciones de filósofos y teólogos y profesor del alumnado de Humanidades.
En 1950 fue nombrado rector del Seminario de Segovia, cargo en el que, a excepción del curso 1952-53, permaneció hasta 1965, aprovechando este tiempo para sacar la Licenciatura en Teología por la Universidad Pontificia de Salamanca. En Segovia fue profesor, por oposición, de Historia de la Iglesia y tuvo una parte muy activa en la vida religiosa y cultural de la ciudad. Fue miembro de la Academia de Historia y Arte de San Quirce, en cuya revista Estudios Segovianos publicó varios artículos de investigación histórica. Presidió certámenes literarios, fomentó extraordinariamente la apertura del Seminario a las preocupaciones pastorales de la diócesis y abrió amplios horizontes con los cursos Catolicismo al día, por los que pasaron altas personalidades del mundo científico español de entonces y de nuestros días. Asimismo fue celoso promotor de vocaciones organizando campañas que se extendían a todos los pueblos de la diócesis.
En Segovia, fundó en 1962 el Instituto Misioneras de la Unidad, que más tarde cambiará el nombre por el de Instituto Misionero de la Unidad, para la promoción de la unidad cristiana mediante la praxis del ecumenismo, recomendado más tarde a toda la Iglesia por el concilio Vaticano II en el decreto Unitatis redintegratio. Durante su estancia en Segovia hizo, en la Facultad de Historia de la Universidad Complutense, la Licenciatura en Historia Civil y el curso de Doctorado [1957-1962].
Puesto en marcha el Secretariado Nacional de Ecumenismo de la Conferencia Episcopal Española a raíz de la clausura del concilio Vaticano II (el Secretariado pasará a ser de la Comisión Episcopal de Relaciones Interconfesionales -CERI-), Don Julián es trasladado inmediatamente a Madrid en 1966, para incorporarse a este organismo en calidad de director del mismo, cargo que ha desempeñado hasta el año 1999, con excepción de la década 1975-85 en que lo ocupó Don Pedro Sanmartín, regentando Don Julián la Secretaría del mismo.
Desde entonces su labor pastoral se ha centrado principalmente en la promoción de la causa de la unidad de los cristianos a lo largo de la geografía española desde la plataforma del Secretariado Nacional y desde el Centro Ecuménico Misioneras de la Unidad, organismo que puso en marcha en Madrid el año 1967.
Como director de ambos organismos ha pronunciado numerosas conferencias, principalmente de temas ecuménicos, en casi todas las diócesis españolas. También ha organizado las Jornadas Nacionales de Ecumenismo y dirigido el Boletín Informativo del Secretariado de la Comisión Episcopal de Relaciones Interconfesionales (CERI), desde su aparición en 1968 hasta la fecha de su jubilación [1999].
Ha mantenido frecuentes contactos y organizado actos conjuntos con líderes y miembros de las distintas confesiones cristianas en España, así como con judíos y musulmanes. Desde 1968, año en que se estructura el Comité Cristiano Interconfesional, fue cosecretario de dicho organismo, cuya finalidad era velar por las buenas relaciones entre cristianos de distintas iglesias y confesiones, y tratar de solventar los asuntos que pudieran ser causa de fricción entre las mismas.
Como director del Centro Ecuménico Misioneras de la Unidad ha dirigido los cursos interconfesionales de Formación bíblico-ecuménica que, en 1972, inició el Centro y por los que han pasado centenares de alumnos de España y del extranjero, así como los cursos a distancia sobre las mismas materias, en 1967.
Dos han sido los objetivos preferentes de sus preocupaciones ecuménicas. En primer lugar, los seminaristas, a los que dedicó las primicias de su apostolado sacerdotal.
Fue profesor de ecumenismo en el Seminario de Toledo [1976-1993] y en la Facultad de Teología del Norte de España con sede en Burgos [1979-1993], y conferenciante incansable en distintos seminarios de España y del extranjero.
En segundo término, las religiosas, a las que viene dedicando parte de sus energías con la organización de los Encuentros Internacionales e Interconfesionales de Religiosas y Religiosos, puestos en marcha juntamente con el metropolita Emilianos Timiadis, del Patriarcado de Constantinopla en Ginebra. Estos Encuentros comenzaron en 1970.
Cabe destacar en esta misma línea las Cartas a las religiosas de clausura, que, desde la atalaya del Secretariado de Ecumenismo, dirigió de cuando en cuando a las monjas de clausura para alertarlas, en momentos especiales del año, sobre los principales problemas que afectan a la causa de la unidad e interesarlas por la oración y la promoción del ecumenismo espiritual.
Sensible al hoy del ecumenismo, Don Julián ha participado en numerosos congresos ecuménicos, como las grandes asambleas de Uppsala [1968], Nairobi [1975] Vancouver [1983] y Canberra [1991] del Consejo Ecuménico de las Iglesias, y en la Conferencia de Basilea [1989], organizada por la KEK y la CCEE, así como la que, organizada conjuntamente por ambos organismos, tuvo lugar el año 1991 en Santiago de Compostela.
Espiritualidad y pastoral han polarizado su ecumenismo, cultivado con singular solicitud y eficacia. Por ello, colaboró siempre con el Comité Cristiano Interconfesional (CCI) y con las delegaciones diocesanas de ecumenismo en la organización y desarrollo de las semanas de la unidad, durante las cuales recorrió los caminos de España en plan de animador y conferenciante.
Su preocupación por la pastoral ecuménica le llevó a publicar, en colaboración con José María Díaz y Olegario Domínguez, un libro dedicado a la pastoral de los matrimonios mixtos en España [1975], no mucho después de haber sido publicado el motu proprio Matrimonia mixta, de Pablo VI [1970] y las Normas para su aplicación en el caso concreto de España, publicadas por la Conferencia Episcopal Española en 1971.
El mismo carácter pastoral tiene Pluralismo Religioso en España, obra en tres volúmenes, dedicado el primero a las iglesias y confesiones cristianas, el segundo a las sectas y nuevos movimientos religiosos y el tercero a las religiones no cristianas. Estos libros ofrecen una panorámica bastante lograda de la situación religiosa pluralista de España.
La última obra de Don Julián está dedicada al ecumenismo espiritual. “La unidad es la meta, la oración el camino” contiene su experiencia y reflexión acerca de la oración como verdadero camino de unidad y fuente del espíritu ecuménico.
La convicción de la importancia que tiene la pastoral ecuménica impulsó al Centro Ecuménico Misioneras de la Unidad a empezar, en 1968, una serie de peregrinaciones ecuménicas en tres direcciones con el fin de dar a conocer en el ambiente católico español las realidades cristianas de otras confesiones fuera de nuestras fronteras. Así comenzaron, además de las dirigidas a la Comunidad interconfesional de Taizé, las que discurren por tierras de la Ortodoxia o las que se encaminan a los países mayoritariamente luteranos, anglicanos y reformados.
A caballo entre las tareas del ecumenismo oficial y del denominado “particular” y “carismático”, Don Julián ha procurado colaborar con otras organizaciones. Ha promovido, junto con otros ecumenistas españoles, la organización de los Encuentros Interconfesionales de El Espinar (Segovia). Y, junto con el Centro Ecuménico y con la colaboración de algunos de los amigos del mismo, ha puesto en marcha la Asociación Interconfesional Cristianos por la Unidad y la Asociación Centro Ecuménico Misioneras de la Unidad.
De su producción bibliográfica y literaria, también aquí reseñada, conviene decir que el punto de mira de la misma, sobre todo por lo que a temática ecuménica se refiere, ha sido casi siempre el espiritual y el pastoral.
Ese mismo es el objetivo que se ha propuesto en sus artículos, cuando ha llevado su pluma a los diversos medios de comunicación. La motivación de la mayor parte de sus colaboraciones ha sido pastoral, espiritual, desde la óptica ecuménica. Incluso a la revista que publica el Centro le puso el nombre de Pastoral Ecuménica, así como eminentemente pastoral es también el Boletín electrónico INFOEKUMENE que dirige, y esta misma página WEB centroecumenico, que enlaza al Centro con sus amigos y con todas aquellas personas e instituciones preocupadas por la tarea ecuménica.
En el año 2004, al atardecer de su vida, funda en Colombia los Misioneros de la Unidad, los cuales anima hasta su muerte y deja bajo el amparo carismático y espiritual de sus hijas.






